Evaluación de amenazas a los acuíferos y la seguridad hídrica de Costa Rica
La situación histórica del creciente dilema de los acuíferos de Costa Rica y la amenaza inminente de la contaminación de las fuentes de agua potable
Comprender el doble desafío de la cantidad y la calidad del agua en los acuíferos de Costa Rica
En Costa Rica se renueva anualmente poco más de 110 km³ de agua; 73 km³ corresponden a la escorrentía superficial, mientras que 37 km³ (33,75%) recargan naturalmente los acuíferos. De los 58 acuíferos del país, 34 son costeros, nueve son continentales volcánicos y quince son continentales sedimentarios. Si todo el agua de Costa Rica (lagos, ríos, embalses y acuíferos) pudiera dividirse entre sus habitantes, cada individuo obtendría aproximadamente 24.873 m³ al año.
Las fuentes subterráneas proporcionan el 70% del agua potable, por lo que su protección es crucial. Se necesita una evaluación exhaustiva para comprender factores como la recarga, la extracción, la disponibilidad, el estado actual, las amenazas y las vulnerabilidades regionales. Esto permitirá la zonificación de actividades seguras dentro del área. También debemos considerar la posibilidad de que el cambio climático reduzca las precipitaciones en algunas zonas, impactando negativamente la recarga de los acuíferos.
Existe amplia evidencia de la contaminación generalizada de los acuíferos en Costa Rica, y esta solo aumentará a medida que salgan a la luz más casos. Los estudios sistemáticos de estos depósitos de agua subterránea, realizados por la academia o las organizaciones de gestión del agua, son cruciales para revelar la verdadera magnitud del problema.
La zona costera de Guanacaste ha presentado evidencia de intrusión salina desde principios de la década de 1990. Los analistas informan que el acuífero costero de Flamingo, sujeto a un importante desarrollo turístico e inmobiliario, ha sido sobreexplotado, lo que ha provocado la salinización de los pozos y ha requerido su reubicación más hacia el interior. Amenazas similares se evidencian en Coco, Brasilito y varias otras zonas costeras, provocando cierres de pozos y picos salinos esporádicos durante las temporadas secas.
En el Valle Central, la calidad del agua del acuífero Barba ha sido asediada durante décadas por la actividad humana. Desde finales de la década de 1990, Agrotec Analytical Laboratories ha documentado la contaminación estacional con diversos contaminantes en numerosos pozos. Los pozos de monitoreo ambiental asociados al proyecto del nuevo aeropuerto internacional también han dado positivo en contaminantes de manera constante, lo que genera preocupación por la región densamente poblada. Si bien la mayoría de los casos pasan desapercibidos, el caso de Barreal de Heredia, donde se encontró el pozo AB-1089 altamente contaminado con diesel que excede los límites de seguridad, subraya la gravedad del problema.
Tanto la expansión urbana como las prácticas agrícolas impactan significativamente la salud de los acuíferos. Los estudios destacan la amenaza que representan las prácticas actuales de fertilización del café y la falta de sistemas adecuados de disposición de aguas residuales en áreas de rápida urbanización. Existen preocupaciones similares en las regiones agrícolas del Caribe, que ya enfrentan controversias por la contaminación por compuestos orgánicos vinculada a sus sistemas de producción.
Examinando las amenazas a la calidad y sostenibilidad del agua subterránea de Costa Rica
En 2008, los estudios gubernamentales encargados por el Ministerio de Ambiente (MINAE) informaron que se proyecta que los niveles de nitratos en varios acuíferos, incluidos Barba y Colima, superen el límite de seguridad (50 mg/l) en los próximos años. Estos acuíferos cruciales, que abastecen de agua potable a Heredia y San José, enfrentan un agotamiento potencial dentro de 15 años sin las medidas adecuadas.
Los investigadores han estado denunciando un desequilibrio preocupante: la extracción de agua de los acuíferos Barba y Colima (9.870 litros por segundo) superó su tasa de recarga (9.720 litros por segundo). Esto requiere una acción inmediata, como la instalación de medidores de caudal de pozos y la reevaluación de las cuotas de extracción, para proteger este recurso vital.
En las regiones del Caribe y el Norte, los plaguicidas utilizados en los cultivos de banano y piña contaminan las aguas subterráneas. Un estudio de Ruepert (citado en el Estado de la Nación) encontró niveles alarmantes de contaminación: el 10% de los pozos muestreados contenían residuos de plaguicidas, principalmente el herbicida bromacil, utilizado en el cultivo de piña. Además, un preocupante 62% de los pozos superó el límite seguro de nitratos (5 mg/l).
Desde 2008, los investigadores han informado sobre la alarmante contaminación del agua subterránea en la provincia de Limón, particularmente cerca de la Refinería Costarricense de Petróleo en Moín. Las investigaciones revelaron la presencia de hidrocarburos que superan el estándar nacional de agua potable, lo que representa una amenaza significativa para la salud pública.
Aplicación de una gobernanza integral para la gestión sostenible de los acuíferos de Costa Rica
Dada la evidencia de su impacto en los acuíferos de Costa Rica, es fundamental realizar estudios detallados. En la realización de estos estudios deberían participar el Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones, el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento, y el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados.
Los municipios deben basar el desarrollo territorial en el conocimiento de la hidrología regional y colaborar con los gobiernos locales para compartir cuencas y acuíferos. La gestión del agua requiere una visión que integre estas realidades interconectadas.
Además, las regulaciones apropiadas son esenciales para garantizar la protección del recurso hídrico frente a diversas amenazas. El gobierno, y no las empresas centradas únicamente en el crecimiento económico, debe convertirse en el principal defensor de la calidad del agua y el bienestar de la población en todas las regiones del país.
Potenciar la participación comunitaria y liderazgo académico en la salvaguardia de los acuíferos de Costa Rica
La población debe ser proactiva en la lucha contra la contaminación de las aguas subterráneas. A diferencia de la contaminación de las aguas superficiales, la contaminación de las aguas subterráneas suele ser invisible hasta que el daño es casi irreversible. Sin embargo, la conciencia permanente es crucial para los ciudadanos de todas las regiones. En cualquier lugar donde haya ciudades, fábricas, gasolineras, minas, explotaciones agrícolas intensivas, grandes desarrollos turísticos o instalaciones que manejen materiales peligrosos, los recursos hídricos corren peligro.
Las universidades públicas tienen un papel fundamental que desempeñar: apoyar a las comunidades, formar profesionales altamente cualificados en este campo y llevar a cabo programas de investigación y extensión adaptados a los conocimientos y el apoyo necesarios para abordar este problema. Los organismos reguladores y las autoridades de gestión del agua deben colaborar con el sector privado para que todos los interesados puedan trabajar conjuntamente en la estructuración de soluciones viables tanto para el medio ambiente como para la población en su conjunto. La evaluación de las amenazas a los acuíferos y a la seguridad hídrica se encuentra en una encrucijada crucial, que exige una acción inmediata.
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